Resiliencia en cuidadores familiares de personas mayores dependientes


Este artículo publicado en la revista Anales de Psicología de la Universidad de Murcia, analiza que niveles de resiliencia hay en cuidadores no profesionales (familiares) de personas mayores dependientes y explora cuales son las características que poseen dichos cuidadores altamente resilientes. 

 El estudio del que surge este artículo pone de manifiesto la importancia de la resiliencia como factor de protección en el ámbito del estrés crónico, incorporando aspectos positivos de la adaptación a los modelos teóricos de cuidado que tradicionalmente se han venido centrando en el desarrollo de sintomatología. El presente trabajo valora la resiliencia en el ámbito del cuidado no profesional, evidenciando que, aún sometidas a elevadísimas demandas, muchas personas son capaces de adaptarse con éxito a la situación de asistir a un familiar dependiente. 

 Ello supone centrarse en el abordaje de los factores individuales que protegen al cuidador de los efectos del estrés prolongado. No todos los cuidadores responden de la misma manera al estrés, existiendo incluso un porcentaje de los mismos que pueden ser considerados altamente resilientes. Conocer las características de las personas resilientes proporciona la clave para entender, y poder potenciar, los mecanismos que actúan como factores de protección ante situaciones de riesgo. 

 Este estudio muestra que las principales diferencias entre cuidadores, con alta y no alta resiliencia, no se encuentran en las características objetivas del contexto en que están inmersos, ni en la cantidad de estresores a los que son expuestos, si no que parece que son los aspectos subjetivos relacionados con sus recursos internos y su manera de valorar la situación, los que realmente determinan su adaptación a las circunstancias. 

 El artículo finaliza con la propuesta de seguir avanzando en esta línea de investigación, con el objetivo final de elaborar un modelo teórico y empírico de resiliencia en cuidadores, que contemple el papel de distintas variables y pueda ser extensible también a otras poblaciones. Desde un punto de vista clínico, ello permitirá el diseño de programas cada vez más ajustados a las necesidades y características de los cuidadores, una población, que por su gran vulnerabilidad, requiere gran atención.

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